La "sagrada trinidad" del hinduismo está compuesta por los dioses Brahma, Visnú, and Shiva. Este triunvirato ("trimurti"), es un símbolo filosófico que intenta representar tres aspectos de la realidad.
Creación, preservación, y disolución, son las tres funciones cósmicas dentro de la religión hinduista. Aunque en toda la India sólo hay dos templos consagrados a la devoción de Brahma, mientras que podemos encontrar cientos de templos que se han erigido para la adorar a Visnú y Shiva.
Según la tradición Brahma se originó a partir de "la madre cósmica", aunque algunos textos sagrados muestran a Brahma como el espíritu creador que surge de "Brahman", el Ser Supremo. Siendo el creador del universo, Brahma crea inicialmente el agua, en el que planta su semilla. De esta semilla crece un huevo dorado, del que nace el propio Brahma. Otra interpretación nos dice que Brahma surge de una flor de loto con 1000 pétalos, la cual nace de Visnú "El Preservador", el segundo aspecto de la trinidad.
Cada uno de los tres dioses tiene una consorte, el reflejo femenino de su ser, del que son inseparables. Esta naturaleza femenina es conocida como "Shakti", que quiere decir "fuerza cósmica". La consorte de Brahma es Saraswati, diosa de la sabiduría y el conocimiento. De acuerdo con él "Bhagavad-Gita" (el texto sagrado hindú), nuestras pasiones y deseos humanos se atribuyen a Brahma, del que recibimos también el deseo de procrear. Brahma representa también el elemento psíquico/mental y simboliza el pensamiento creativo o intuitivo.
Como creador de todas las cosas del universo, Brahma delega varias tareas en otras criaturas. Brahma suele ser representado con cuatro cabezas (originalmente eran cinco), que le permiten observar el universo desde las cuatro direcciones (Norte, Sur, Este y Oeste). Luce una barba blanca que simboliza su naturaleza eterna. En sus manos sostiene una cadena de 108 cuentas de oración, una "mala", (utensilio muy similar al rosario cristiano), las cuentas de la "mala" representan los elementos de los que está formado el universo. Sus manos representan la protección, y también sus dádivas. Las palmas de ambas manos están vueltas hacia afuera, los dedos de una mano apuntan hacia arriba, y los de la otra hacia abajo. Algunas veces Brahma parece sujetando un cuenco lleno con agua, el medio del que surgió toda la vida.
El concepto de "un universo cíclico" se interpreta en los antiguos textos indios como Brahma reinventando el universo, una y otra vez. Cuando duerme, la creación se disuelve en el cosmos, y vuelve restaurarse una vez que se levanta al día siguiente. Todo aquello que se convierte en "ser", es disuelto tarde temprano. De esta manera la existencia es una ida y venida sin fin, emergiendo y desintegrándose una y otra vez.
Entre los aspectos de la función creativa de Brahma a nivel cósmico nos encontramos, y no es sorprendente, el deseo y la pasión, pulsiones que le enfrentan en ocasiones con Visnú y Shiva, los dioses de la preservación y la destrucción. De acuerdo con algunos textos, Brahma perdió el favor de Visnú y Shiva cuando sus deseos "se salieron de los límites".
Con el fin de probar su supremacía sobre los otros dos dioses de la triada, Brahma recurre a las mentiras, pero es descubierto. Como castigo, es privado de su quinta cabeza, la que miraba hacia arriba, y a causa de ello se convierte en una deidad menos popular. Brahma pasa a estar más asociado con las pasiones mundanas y los bajos instintos del hombre en general, aspectos de nuestra humanidad de los que debemos trascender si queremos llegar a un nivel superior de consciencia
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